Modificación del Real Decreto 390/2021
Óscar Villar lleva demasiadas horas trabajando en el Insituto de Astrofísica de Canarias. Son días agotadores porque hay que aprovechar al máximo: nadie sabe cuándo cesarán esos impulsos de energía intermitentes que no siguen un patrón fijo, con intervalos anómalos. Pueden deberse a algún tipo de interferencias o la actuación de ondas gravitacionales. Quizá el equipo de medición esté estropeado. Pero es la primera vez desde la señal WOW que se reciben señales con alta probabilidad de origen artificial.
Es tarde ya. Óscar se iría a dormir después de haber archivado paquetes de datos con una emoción contendida. Pero no lo hará todavía. Antes se va sacar 100 euros haciendo un certificado energético. Puede que haya vida más allá de la Luna, pero más acá, la cosa está difícil y hay que pagar el alquiler. Abre el programa CE3x y comienza a definir patrones de sombra, el punto en el que abandonó ayer esta tarea tan ajena a sus estudios, pero que le permite facturar algo para llegar a fin de mes con dinero en la cuenta bancaria.
Este relato pordría encuadrarse en la ciencia ficción por lo descrito en el primer párrafo. Y, sin embargo, por lo descrito en el segundo, el género literario se correspondería con el realismo. Realismo porque, de prosperar la modificación que el gobieno plantea hacer del Real Decreto 390/2021, los astrónomos, los químicos o los astrónomos, entre otros, podrán suscribir certificados energéticos. Si tu colegio no te ha informado sobre este asunto, puede ver la información aquí:
https://energia.gob.es/es-es/participacion/paginas/DetalleParticipacionPublica.aspx?k=543
Imagínense a un matemático especializado en teoría de juegos proponiendo medidas de mejora en un edificio con protección arquitectónica. O a un físico especializado en teoría de cuerdas, que suena a algo bastante complicado, defiendo sistemas constructivos por defecto en las herramientas de certificación. Que quieren que les diga, es un sinsentido absoluto que después de haber aprobado la Ley de Calidad de la Arquitectura se permita a profesionales ajenos a ella decir cómo hay que intervenir en los edificios. Pero claro, esa ley va por un Ministerio distino al que regula la certificación energética.
Esperemos que reine la cordura y no se apruebe esta modificación del Real Decreto 390/2021 en un mercado saturado y de competencia desbordada.
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